Cómo acompañar a tu hija en la adolescencia
¿Mi hija ha entrado a la adolescencia?
Inesperadamente un día tienes la sensación que… ¡han cambiado a mi hija! La niña cariñosa, obediente, ordenada y trabajadora, es ahora, con frecuencia desobediente, desordenada, apática y renuente. No agradece nuestra presencia, y no deja de juzgarnos severamente.
¿Qué le pasará?
Antes no se preocupaba de lo que se ponía; ahora pasa horas pensando cómo se vestirá para salir a la calle, se ha hecho contestona y grosera, ¿Cómo sé yo que ese carácter que tiene ahora se debe a la edad? ¿Todas las adolescentes se comportan igual?
Probablemente tu hija a entrado en la ADOLESCENCIA. Todos los periodos del desarrollo de nuestra hija, siempre llegan, ¿Cuando se inicia?, lo que se ha investigado la edad es un dato aproximado. Para unas será a los 13, en otras a los 15 o los 17, aunque por regla general es alrededor de los 14 y 15 años. Cada vez se adelanta más .
Cómo se descubre?
La única seguridad es que llegará y que detectarás los síntomas perfectamente: rebeldía, inseguridad, cambios constantes de humor, deseos de independencia, dudas, deseos de arreglar el mundo, de vivir feliz al máximo, de descubrir el amor.
Ahora te tienes que preparar, porque la sociedad ha cambiado mucho, Los padres deben leer, reflexionar, tratarlos con cariño, paciencia, y en esta época hay que tener la doble tolerancia. Es importarte ser positivos y tratar de comprenderles con amor.
Bajo todos estos aspectos desconcertantes que ves en tu hija, sigue siendo la de siempre, su personalidad pasa por un momento de cambios orgánicos, emocionales, mentales y sociales y debemos permanecer a su lado. Es lo que más necesita y quiere aunque finja rechazarnos.
¿Así también veremos cosas positivas entre estos cambios?
La buena noticia es que te sorprenderá todo lo positivo que pueden tener; es la época del deseo de mejora, de ganas de cambiar al mundo, de emprender nuevos proyectos. Una chica de 15 años puede sentir, por ejemplo sincero dolor por los niños que no tienen que comer, pero no se preocupa si su hermano ha cenado.
La adolescencia es una oportunidad de crecimiento en virtudes tanto para los adolescentes como para los padres, pues se ponen en práctica muchas de ellas como son: paciencia, tolerancia, constancia, fortaleza, alegría, entre otra.
Ten presente lo siguiente:
“Todas las crisis adolescentes suponen mejora, si finalizan en mayor madurez, pero requieren información y formación para actuar correctamente”.
Lo más importante es nuestra actitud sentirnos implicados personalmente, coherentemente, es nuestro papel de padres, ¡Estudiar! ¡Actuar! ¡Ellas lo esperan y lo necesitan!
Ahora pregúntate ¿MI HIJA ES UNA ADOLESCENTE? ¿QUÉ VOY HACER?
Pubicado originalmente por el Colegio Paseo Esmeralda